Nunca he creído demasiado en la suerte. Quizás porque no
tengo demasiada. Siempre me he dicho que el trabajo, cuando bien hecho trae
recompensa. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, me doy cuenta de que para
hacer cualquier cosa en la vida hace falta un mínimo de suerte. No importa lo
que hagas, si no tienes una chispa en la vida… no avanzarás.
Es curioso, pero ese sentimiento bastante frustrante lo
despertó mi madre. “Está claro que tú tendrás otras cosas, pero suerte no.” Y
te das cuenta de que es verdad. Pero contra la suerte hay poco que se puede
hacer.
Casi inconscientemente vas haciéndote con amuletos de suerte
de aquí y de allá. Algo que hasta hace poco me repugnaba está inundando mi
centro de estudio bajo el pretexto de que no molesta.
Pero conscientemente me molesta.
Así que intentaré no volver a caer.
Y todo esto en el día en que he comido (y cenado que en este
santo país un Barça- Madrid es más importante que la reunión fallida por salvar
el planeta) con un Mourinho que desprecia el trabajo del otro basándose en la supuesta
suerte del adversario.
Así que nada, a respirar profundo y a seguir
trabajando/estudiando… no sé si tendré suerte algún día, no sé si conseguiré
alguno de mis sueños alguna noche… pero lo que tengo claro es que si la tengo
al menos me habrá pillado trabajando (¿o era la inspiración la que venía así?)
23:18:00 |
Category:
Lui al otro lado del espejo
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1 comentarios
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Esto es muy largo, pero a mí me gusta y me ha servido. Espero que a ti también. Un beso.
http://servicios.elcorreo.com/auladecultura/fernando_trias1.html