A World without Wordsphoto © 2009 Cristian V. | more info (via: Wylio)


Últimamente me cuesta mucho actualizar el blog. Y no es que tenga nada que contar, sin embargo, me callo. Me cuesta mucho decir, perdón, dejar por escrito lo que pienso. Las palabras ya no se las lleva el viento, sino que quedan aquí… así que a cambio, pongo música y me guardo lo que pienso…
Así que ya sabéis, hay tantas cosas que digo cuando me callo…
y todos sabemos como ha sido. Joroba, que mal llevo el cambio de estación... el calor y yo, nos llevamos fatal.


Apaga la luz, enciende el planeta
Hoy es TT en twitter Songs for Japan, así que yo tambien dejo mi canción
.

Me hace mucha gracia. Hace un par de años fue el centenario del cumpleaños de Edgar Alan Poe (que por cierto, nació el mismo día que yo, un 19 de enero). El departamento de Filología Inglesa hizo un seminario homenaje, en el que participé con esta presentación.


¿Sabéis lo que me hace gracia? Que todavía hoy, me encuentro a gente que fue al seminario y me dice: Tú eres la que habló de los Simpsons y del Poe ese (que dolor!). La última vez que me pasó fue en el salón del comic y mi amiga Patricia se partía… ¡¡Soy famosa!! (de alguna manera).
Llevo muchos años queriendo un Mac. Puede que fuera porque me hizo gracia Forrest Gump o alguna peli posterior en la que usaban un antiguo iMac, pero me gustaba el ordenador de la manzanica.
Hace unos años, en mi primer trabajo estuve trabajando con un iMac. Me enamoré de su sencillez y de su procesador de textos. Cualquier persona que ha trabajado con pages coinciderá conmigo que Word parece… hecho a retales.
Pero Mac tiene una gran desventaja: es caro. He estado tres veces a punto de comprarme un Macbook… y las tres veces me he echado atrás. Pero me he propuesto que esta vez es la mía. El 22 de abril me compraré un macbookito y se llamará Umagumma (en honor a mi querida Aurora Seldom y a cierto amante imaginario de Pink Floyd, conocido común).
¿Y por qué esta vez es la mía?
Básicamente porque mi vida es ir a trabajar y sentarme detrás de un ordenador a trabajar en cosas que a nadie le importan un carajo (siendo sinceros, ya creo que ni me importan a mi). Y además sin escapatoria posible. Así que bueno, ay que voy a llevar una vida de nerdito total…. Pues al menos un nerdito con clase, no? (Eso sí, yo me pienso seguir duchando a diario).
Así que ahora me toca investigar, la diferencia entre el Air y el Pro e ir preparando la tarjeta para el meneíto que voy a meterle y a hacer acopio de ibuprofeno para aguantar la jaqueca que me van a producir los berridicos de mi señora mamá.
Tengo un nuevo hobby... que me ayuda para quitarme el stress... y sacarme la mala leche.

Ahora hago figuritas con Hama... ahora mismo tengo una criaturita... y un proyecto de decoración para mi habitación de estudio... Ya os iré enseñando.

Hamavimp
Mi cuerpo es una jaula, que me impide bailar con la persona que amo. Pero mi cuerpo... tiene la llave.



Hay una canción para cada momento de mi vida
Wordle: Japón

Si quieres ayudar a Japón, puedes hacer un donativo a Cruz Roja.
NIght trainphoto © 2008 Kevin Dooley | more info (via: Wylio)
Tenía 18 años y un examen de matématicas. Al día siguiente no había clase y me iba a Granada a examinarme del CAE. La tele estaba llena de noes a la guerra, de campañas políticas. Y yo sabía que ib a suspender el examen de los dichosos vectores… ¿A quién narices le puede importar que una raya vaya paseando por el espacio?
Me desperté a las siete y veinte como todos los días y encendí la radio. No recuerdo mucho de la rutina, sólo recuerdo que mi padre me dijo que me diera prisa que iba a llegar tarde. Me monté en el coche, mi padre me llevaba al instituto porque le pillaba de camino al trabajo. Y las noticias hablaban de que se había caído la cúpula de Atocha por un atentado terrorista.
A primera hora tenía filosofía, y recuerdo a mi profesor diciendo que los cabrones de ETA ya habían conseguido lo que querían. Las horas fueron pasando sin saber que pasaba y a la hora del recreo todos pasamos del bocata y nos fuimos a la cafetería que había al lado del instituto.
No hicimos el examen de matemáticas.
Poco a poco fuimos sabiendo más datos, la familia y los amigos que estaban en Madrid fueron diciéndonos que todos estaban bien.
A la hora de comer recuerdo que una madre hablaba de su hijo, que iba a clase en el tren y que nunca llegó a su destino.
Por la tarde, tuve clase de química. Recuerdo estar oyendo la radio en mi walkman azul, apoyada en el radiador, mientras esperaba.
Y al día siguiente me fui a Granada. Y recuerdo salir a manifestarme a la calle con mi tía. Y recuerdo que cuantos más datos se sabían más miedo tenía. Hasta que pensé que no tenía sentido tener miedo. Que eso era lo que querían… que tuviéramos miedo.
Hoy hace siete años de aquel día y han cambiado muchas cosas. Hoy no tengo examen de matemáticas (que por cierto, al final aprobé cuando lo hicimos, el CAE lo suspendí con un 59%) y sabemos que mi profesor de filosofía estaba equivocado y no eran los cabrones de la ETA (unas de las pocas veces que este señor se equivocó).
Esta es una historia vacía, que no servirá para recordar a los que murieron aquel día por culpa de la sinrazón… pero yo aún recuerdo a aquella madre hablando de su hijo que iba al instituto, porque quizás el también tenía examen de matemáticas…
Así que hoy, por ser el 7º aniversario de los atentados, o sin razón ninguna, creo que es un buen día para recordar lo que decía Gandhi: No hay caminos para la paz… la paz es el único camino.
Llevo dos días cantando esta canción... Judy Garland debe estar hasta las narices de mí... ¡ah no! que ya está over the rainbow.

Turning a page on the iPad - the beginning to the end of the mouse as the primary ostension mechanismphoto © 2010 Mike Baird | more info (via: Wylio)

Me gusta muchísimo leer. Ahora no leo tanto como quisiera porque tengo tantas cosas que apenas puedo dedicarle media hora al día (y obviamente robándosela al sueño), pero me encanta. Y además tengo mi wishlist de libros por leer, todos esos libros que quiero ir leyendo. Pública, es decir, colgada del tablón de corcho de mi cuarto de estudio, hay una lista que no supera los 10 (porque si hay más, me agobio) pero entre la lista privada (todos esos papelitos en los que anoto lo que quiero leer) y mi nota mental, puede que haya más de 100 libros que quiera leer. Y esa lista va en aumento.
Por ejemplo, ahora mismo se han unido a mi lista de deseos de lectura los libros de Wodehouse. El problema es que ya no tengo espacio. Tengo más de trescientos libros sólo mios (yo sóla supero los libros del resto de habitantes de mi casa) y sinceramente, aunque hay libros que no volveré a leer, me da muchísima pena regalarlos. Porque, en general, me han hecho pasar muy buenos ratos… Y otros porque fueron un desafio que tuve que abandonar y al que pienso volver a enfrentarme algún día (Joyce, no creas que pudiste conmigo).
Además, tengo muchísimas ganas de leer clásicos. Llevo años queriendo leer Guerra y Paz y Anna Karenina (me va lo light). Y nunca lo hago, porque ¿dónde almaceno todo eso?.
El caso es que cómo siempre, también sale mi amor por el cacharreo guay. Tengo en mi carrito de Amazon el kindle (con una funda preciosa) esperando que lo pague. Y el iPad me hace muchísimo tilín. Pero es que el Kindle me lo compraría por menos de 200 pavos, para el iPad tengo que trabajar más de medio mes para pagarlo.
Y yo sólo quiero leer, porque no tengo el Macbook (porque joroba, trabajar casi tres meses para comprarme un ordenador me da un algo), así que el iPad sería una chulada, pero una chulada limitada en uso. Que espero poder comprarme algún día un Mac, pues sí, mire usted… pero es que cada día tengo más claro que no me voy a ir de casa de mis padres hasta los cuarenta.
Así que ahí estoy, con mi segunda entrada de reflexión sobre los cacharritos, para evitar lanzarme a comprarlo (que es lo que estoy deseando) y luego arrepentirme. ¡¡Ahhh!!! ¿Qué narices hago?

Tim

De todos es conocido mi amor (ahora en horas bajas) por Tim Burton. Él siempre será un adolescente eterno, ya que dibuja ese tipo de personaje incapaz de encontrar su lugar y muchas veces extranjero de él mismo.

Este corto, Tim, está claramente inspirado en Vincent, sólo que esta vez, el niño no quiere ser como Vincent Price... quiere ser como Tim Burton.

TiM from Ken Turner on Vimeo.

Old Dusty Radio (#48791)photo © 2008 Mark Sebastian | more info (via: Wylio)

Cuando mi hermano hizo la primera comunión le regalaron un casete. Reproducía cintas y la radio y pare usted de contar, pero de aquel regalo hizo que yo lo mirara con tanta envidia. Además, nunca me dejaba usarlo, así que yo seguía con aquel reproductor de cintas viejo que mi padre me había dado de su época joven. Cuatro años más tarde, yo hice la comunión, esperaba que alguien me regalara un casete, pero no… a mí sólo me llegaron muñecas feísimas que decían oraciones como si estuvieran poseídas y muchos libros, muchos de los cuales no me gustaban.
Un poco más tarde, mi hermano recibió su primer radio despertador. Y yo simplemente quería escuchar música, pero seguía sin casete, sólo aquel reproductor de cintas que no parecía romperse por muchas veces que es cayera de la mesita. Y un día, mi padre se compró un radio despertador más moderno y yo heredé el antiguo. Faltaba poco para que yo empezara el instituto.
Ese día empezó la historia de amor más duradera que he tenido en mi vida. Mientras mis compañeros escuchaban exclusivamente los cuarenta principales, yo aprendí a mover el dial y así, Iñaqui Gabilondo, Carlos Llamas, Carlos Herrera, Gemma Nierga, Iker Jimenez, Santiago Carillo, Paco González y un largo etcétera se convirtió en la banda sonora de mi vida. Escuchaba mucho la SER, pero también RNE, Kiss FM, la COPE… iba buscando algo que me apeteciera (el que menos oía era Canal Sur Radio, aviso).
Así, crecí escuchando como ETA había asesinado a Ernst Lluc, o que el Principe se había prometido con una tal Letizia Ortiz, Santiago Carrillo hablando sobre un señor con bigote, el atentado del 11-M…. La radio era el autentico hilo conductor de mi vida.
Mi madre solía decir que para saber si yo estaba en casa bastaba con prestar atención y mirar si se oía alguna radio en casa… siempre en un segundo o tercer plano, yo tenía la radio puesta.
Y no sé por qué, si porque el mundo da mucho asco o porque me cansé de escuchar, llevo unos meses sin escucharla. El radio despertador lleva parpadeando semanas, sin que me atreva a ponerlo en hora. Me imagino que entre los muchos cambios en mi vida está el aprecio al silencio, que antes me ahogaba, que ahora me arropa…
Así que me temo que el 2011 será el año en el que finalmente apagué la radio.
darlsphoto © 2010 Jek Bacarisas | more info (via: Wylio)

Si hay una imagen que tengo clara de mí misma es la de morderme las uñas. Es inconsciente, ya sea por aburrimiento, por nervios o por pura inconsciencia… Siempre me he estado mordiendo las uñas.
La madre de una amiga decía que ese era el primer paso a la locura, mi madre siempre me regaña y las dos veces que he acabado sin uña me habla de lo antihigiénico que es… pero no importa…
Algunas veces he conseguido dejar de mordérmelas durante unos días (creo que mi record está en 3 semanas).Pero siempre vuelvo. Tengo unas manos feísimas (ya feas de por sí, imaginaros siempre llenas de heriditas por cualquier razón, añadidle mis uñas mordisqueadas)…
Y da igual lo que pruebe… siempre acabo en el mismo vicio… en fin…. ¿qué le voy a hacer? So un ser imperfecto.
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