Las moscas de Antonio Machado.
Vosotras, las familiares,
  inevitables golosas,
  
vosotras, moscas vulgares,
  me evocáis todas las cosas.
¡Oh viejas moscas voraces
  como abejas en abril,
  viejas moscas pertinaces
  sobre mi calva infantil!
¡Moscas del primer hastío
  en el salón familiar,
  las claras tardes de estío
  en que yo empecé a soñar!
Y en la aborrecida escuela,
  raudas moscas divertidas,
  perseguidas
  por amor de lo que vuela,
       —que todo es volar—, sonoras
  rebotando en los cristales
  en los días otoñales...
  Moscas de todas las horas,
       de infancia y adolescencia,
  de mi juventud dorada;
  de esta segunda inocencia,
  que da en no creer en nada,
       de siempre... Moscas vulgares,
  que de puro familiares
  no tendréis digno cantor:
  yo sé que os habéis posado
       sobre el juguete encantado,
  sobre el librote cerrado,
  sobre la carta de amor,
  sobre los párpados yertos
  de los muertos.
Inevitables golosas,
  que ni labráis como abejas,
  ni brilláis cual mariposas;
  pequeñitas, revoltosas,
  vosotras, amigas viejas,
  me evocáis todas las cosas.
PD: Adiós Portos



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