El periodico El País está llevando a cabo un reportaje que se llama Pre-parados. Un reportaje en el que gente de mi generación (esa generación perdida según el FMI) cuenta su experiencia.  Gente cómo ellos, o como mis amigas (Bea, Nisa, Natalia…) o como yo misma. Gente que crecimos bajo la gran mentira de “preparate que servirá para algo” y que ahora recogemos los frutos de nuestra ingenuidad.
Quizás yo no tenga esas notas brillantes de las que hablan los que mandan su caso a El País, pero os puedo contar brevemente mi historia.
Yo estudié Filología Inglesa a pesar de mucha gente. Cuando digo a pesar de mucha gente lo digo literalmente. Yo empecé Bachillerato queriendo hacer Arquitectura (porque me encantan los edificios) como mi padre, pero tras el fracaso (y algunas otras cosas que no nombraré porque lo desagradable es mejor olvidarlo) empecé a vagar por información de diversas carreras: comunicación audiovisual quedó rapidamente descartada “por no tener salidas”, criminología, biología, ingeniería informatica. Casi acabo estudiando esta última, pero luego pensé que yo tenía un calorcito especial en el pecho cuando le explicaba cosas de inglés a mis compañeros… y esa estupidez de estudiar filología inglesa se anidó en algún lugar de mi mente. ¿Cómo llegué a Filología Inglesa? El azar (literalmente).
Bueno, a lo que iba… Estudié una licenciatura (en cuatro años), tengo casi un máster, cursos de formación a porrillo... Y eso es sólo de lo que puede demostrar mediante “papelitos inservibles y caros”  (que es lo que son la mayoría de los títulos). Porque aunque la gente no se lo crea, me gusta aprender (será por eso que no me gusta conducir). Puedo pasarme días leyendo artículos, experiencias docentes, libros…
Desde que acabé la carrera he mandado alrededor de 200 CVs (CV arriba, CV abajo). Sólo he tenido 3 entrevistas relacionadas con lo mío. En dos de ellas estaban mucho más interesados en mi “plan de pensiones” que en lo que yo pudiera ofrecer. En la tercera miraron mi CV, miraron mi edad y me sonrieron: “Tienes un Curriculum impresionante… pero no tienes experiencia”.
Sinceramente, ¿cómo esperan que adquiera experiencia si nadie me da una oportunidad? (Y no sólo a mi, sino a los miles de jóvenes que estamos en esta situación).
Así que sigo vagando por trabajos que no me gustan, que no me llenan, para los que no estudié. Siendo incapaz de devolverle a este país lo que me dio facilitandome la educación (porque soy hija de la educación pública), siendo un ser deficitario. Seguiré estudiando, seguiré formandome, seguiré añadiendo puntos y hojas a mi CV.
Cada día pensaré que se equivocó el azar y haciendo de mi vida un incondicional de tercer tipo (que se note el inglés): “¿Y si...?”.  Planteandome seriamente, hacer la maleta e irme, porque aquí no tengo futuro. Y sin saber con quien hablar de esto, porque los que trabajan no te entienden (no es sólo el hecho monetario, es sobre todo el hecho de sentirte inutil, de que nada tiene mucho sentido) y los que están como tú… ¿para qué quieren escuchar más desgracia si ya tienen la suya propia?
La  gente de mi generación, tiene prohibido soñar y hacer planes de futuro. Así que me prohibiré soñar. Porque el que sueña, sufre. 

 (Creo que me excedí escribiendo, Forges lo hizo mucho mejor que yo y en mucho menos espacio)

Comments (2)

On 27 de septiembre de 2010, 9:02 , Nisa Arce dijo...

Aquí en Gran Canaria sé de bastante gente que o ya se ha ido fuera o está en ello por lo mismo que tú dices, porque no hay expectativas al menos a corto plazo. No es tan descabellado. Echa vistazos a ofertas de esas que salen en el extranjero y lánzate. ¿Tienes algo que perder? :P

 
On 1 de octubre de 2010, 9:10 , Anónimo dijo...

Oye, que aunque yo tenga mi trabajo, te entiendo. Ahora tengo la suerte de estar bien, pero cuando me eh quedado en paro, la situacion es terrible (y eso que lo mio fueron periodos relativamente cortos). Asi que ya sabes que puedes hablar conmigo cuando quieras.

 
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