De la RAE.

De un tiempo a esta parte me he dado cuenta de mi comportamiento roza la misántropia. Eso no me convierte en un peligro público, o eso al menos espero (aunque ya no sé que pensar después de mi entrada Rol, Góticos y Asesinos) simplemente me convierte en algo más que un ser escéptico para el ser humano.

Podría llenar folios y folios (o pantallas y pantallas) sobre mis razones para no creer en las relaciones humanas, pero creo que es más fácil resumirlas en una: Supervivencia. Una persona sólo puede admitir una cierta cantidad de dolor y decepción en su vida, después, muere. Y es que no esperar nada, hace que todo sea una sorpresa, y que no haya decepciones.

Y cuando piensas cómo yo, todo cambia. Tus acciones ya no son inversiones: "Hago esto porque sé que algún día lo harán conmigo," son simplemente acciones, y en cierto modo, son más desinteresadas, porque sabes que no obtendrás retribución de ellas. Ya no sufres decepciones porque alguién no se acuerda de tu cumpleaños, sino que te alegras porque alguién lo hizo: No era su obligación (ya que yo lo hice en el suyo) sino porque se acordó de mi. En cierto modo, este desprecio por las relaciones humanas es el camino más corto hacía la felicidad: Toma lo que se te da y cuando se te da.

Obviamente, esto no es la panacea. Porque aunque disfrutes de lo que se te ofrece, siempre tienes la certeza de que esta es efímera: Tarde o temprano esta persona te defraudará, porque tú defraudarás a otros.