photo © 2008 Kevin Dooley | more info (via: Wylio)
Tenía 18 años y un examen de matématicas. Al día siguiente no había clase y me iba a Granada a examinarme del CAE. La tele estaba llena de noes a la guerra, de campañas políticas. Y yo sabía que ib a suspender el examen de los dichosos vectores… ¿A quién narices le puede importar que una raya vaya paseando por el espacio?
Me desperté a las siete y veinte como todos los días y encendí la radio. No recuerdo mucho de la rutina, sólo recuerdo que mi padre me dijo que me diera prisa que iba a llegar tarde. Me monté en el coche, mi padre me llevaba al instituto porque le pillaba de camino al trabajo. Y las noticias hablaban de que se había caído la cúpula de Atocha por un atentado terrorista.
A primera hora tenía filosofía, y recuerdo a mi profesor diciendo que los cabrones de ETA ya habían conseguido lo que querían. Las horas fueron pasando sin saber que pasaba y a la hora del recreo todos pasamos del bocata y nos fuimos a la cafetería que había al lado del instituto.
No hicimos el examen de matemáticas.
Poco a poco fuimos sabiendo más datos, la familia y los amigos que estaban en Madrid fueron diciéndonos que todos estaban bien.
A la hora de comer recuerdo que una madre hablaba de su hijo, que iba a clase en el tren y que nunca llegó a su destino.
Por la tarde, tuve clase de química. Recuerdo estar oyendo la radio en mi walkman azul, apoyada en el radiador, mientras esperaba.
Y al día siguiente me fui a Granada. Y recuerdo salir a manifestarme a la calle con mi tía. Y recuerdo que cuantos más datos se sabían más miedo tenía. Hasta que pensé que no tenía sentido tener miedo. Que eso era lo que querían… que tuviéramos miedo.
Hoy hace siete años de aquel día y han cambiado muchas cosas. Hoy no tengo examen de matemáticas (que por cierto, al final aprobé cuando lo hicimos, el CAE lo suspendí con un 59%) y sabemos que mi profesor de filosofía estaba equivocado y no eran los cabrones de la ETA (unas de las pocas veces que este señor se equivocó).
Esta es una historia vacía, que no servirá para recordar a los que murieron aquel día por culpa de la sinrazón… pero yo aún recuerdo a aquella madre hablando de su hijo que iba al instituto, porque quizás el también tenía examen de matemáticas…
Así que hoy, por ser el 7º aniversario de los atentados, o sin razón ninguna, creo que es un buen día para recordar lo que decía Gandhi: No hay caminos para la paz… la paz es el único camino.
Tenía 18 años y un examen de matématicas. Al día siguiente no había clase y me iba a Granada a examinarme del CAE. La tele estaba llena de noes a la guerra, de campañas políticas. Y yo sabía que ib a suspender el examen de los dichosos vectores… ¿A quién narices le puede importar que una raya vaya paseando por el espacio?
Me desperté a las siete y veinte como todos los días y encendí la radio. No recuerdo mucho de la rutina, sólo recuerdo que mi padre me dijo que me diera prisa que iba a llegar tarde. Me monté en el coche, mi padre me llevaba al instituto porque le pillaba de camino al trabajo. Y las noticias hablaban de que se había caído la cúpula de Atocha por un atentado terrorista.
A primera hora tenía filosofía, y recuerdo a mi profesor diciendo que los cabrones de ETA ya habían conseguido lo que querían. Las horas fueron pasando sin saber que pasaba y a la hora del recreo todos pasamos del bocata y nos fuimos a la cafetería que había al lado del instituto.
No hicimos el examen de matemáticas.
Poco a poco fuimos sabiendo más datos, la familia y los amigos que estaban en Madrid fueron diciéndonos que todos estaban bien.
A la hora de comer recuerdo que una madre hablaba de su hijo, que iba a clase en el tren y que nunca llegó a su destino.
Por la tarde, tuve clase de química. Recuerdo estar oyendo la radio en mi walkman azul, apoyada en el radiador, mientras esperaba.
Y al día siguiente me fui a Granada. Y recuerdo salir a manifestarme a la calle con mi tía. Y recuerdo que cuantos más datos se sabían más miedo tenía. Hasta que pensé que no tenía sentido tener miedo. Que eso era lo que querían… que tuviéramos miedo.
Hoy hace siete años de aquel día y han cambiado muchas cosas. Hoy no tengo examen de matemáticas (que por cierto, al final aprobé cuando lo hicimos, el CAE lo suspendí con un 59%) y sabemos que mi profesor de filosofía estaba equivocado y no eran los cabrones de la ETA (unas de las pocas veces que este señor se equivocó).
Esta es una historia vacía, que no servirá para recordar a los que murieron aquel día por culpa de la sinrazón… pero yo aún recuerdo a aquella madre hablando de su hijo que iba al instituto, porque quizás el también tenía examen de matemáticas…
Así que hoy, por ser el 7º aniversario de los atentados, o sin razón ninguna, creo que es un buen día para recordar lo que decía Gandhi: No hay caminos para la paz… la paz es el único camino.
15:56:00 |
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Lui al otro lado del espejo
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