No sé si los niños en primaria siguen teniendo libros de lectura. Yo durante toda la primaria tuve el Carabás (Como el Marqués del Gato con Botas)de (c)Anaya. No le tengo recuerdo a ese libro, porque eran libros que paseabas "por si sobraba tiempo" y que al final de curso apenas habías abierto un par de veces en clase.

Pero a mi de siempre me ha gustado leer, así que cuando acababa las cosas de clase, tenía dos opciones, o dar por saco (bastante mal vista y penalizada) o leer. Mucha gente que conoce mi malísima memoria, se sorprende de que sea capaz de recitar el comienzo de La venganzade Don Mendo o el poema al que hoy le dedico mi viernes de poesía. Supongo que cuando era peque, mi memoria no era tan mala...

En fin, que me enrollo... el viernes de poesía de esta semana es para el poema Castilla de Manuel Machado.

El ciego sol se estrella
en las duras aristas de las armas,
llaga de luz los petos y espaldares
y flamea en las puntas de las lanzas.
El ciego sol, la sed y la fatiga.
Por la terrible estepa castellana,
el destierro, con doce de los suyos
-polvo, sudor y hierro- , el Cid cabalga.
Cerrado está el mesón a piedra y lodo.
Nadie responde. Al pomo de la espada
y al cuento de las picas el postigo
va a ceder... ¡Quema el sol, el aire abrasa!
A los terribles golpes,
de eco ronco, una voz pura, de plata
y de cristal responde... Hay una niña
muy débil y muy blanca
en el umbral. Es toda
ojos azules y en los ojos lágrimas.
Oro pálido nimba
su carita curiosa y asustada.
“¡Buen Cid, pasad...! El rey nos dará muerte,
arruinará la casa,
y sembrará de sal el pobre campo
que mi padre trabaja...
Idos. El cielo os colme de venturas...
¡En nuestro mal, oh Cid no ganáis nada!”
Calla la niña y llora sin gemido...
Un sollozo infantil cruza la escuadra
de feroces guerreros,
y una voz inflexible grita “¡En marcha!”
El ciego sol, la sed y la fatiga.
Por la terrible estepa castellana,
al desierto, con doce de los suyos
-polvo, sudor y hierro-, el Cid cabalga.

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