Uno de los temas recurrentes de discusión cuando nos juntamos mis amigos y yo es el de los vampiros. Siempre acabamos comparando que si Crepúsculo, Drácula, El pequeño vampiro… y obviamente, los clásicos siempre ganan.
Uno de los temas en los que siempre nos enfrentamos más directamente es en el valor o no de los libros de Anne Rice, las crónicas vampíricas. Mi amiga siempre dice que son pura bazofia. Yo sé que no es literatura, es más exceptuando Entrevista y Lestat, (porque sí, me gusta Lestat) sé que algunos libros son francamente malos (lo cual no impide que quiera leerlos o los haya leído). Sin embargo, yo sí les encuentro un mérito. Que yo recuerde (aunque bueno, ya sabéis que mi memoria es conocida por lo mala que es) la organización que tiene organizada Santino es de las pocas que conozco en la que hay un grupo de vampiros organizados, en comunidad y siguiendo unas reglas. Siempre que he leído sobre vampiros, estos actuaban solos. Así, que cómo reconozco que este es uno de mis puntos favoritos de los libros, hoy os reproduzco las reglas de estos vampiros.
Armand (Antonio Banderas)

Uno, que nos formábamos en las asambleas distribuidas por todo el mundo; que cada asamblea disponía de un líder, y que yo estaba destinado a ser un líder, algo así como el padre prior de un convento, y que todos los asuntos de autoridad recaerían en mí. Sólo yo podía determinar el que un nuevo vampiro pasara a ser de los nuestros; sólo yo estaba facultado para dirigir la transformación a fin de que se realizara correctamente.
Dos, jamás debíamos conceder el Don Oscuro, que era como lo llamábamos, a quienes no fueran hermosos, pues a un Dios justo le complacía que utilizáramos la sangre oscura solo para esclavizar a los seres hermosos.
Tres, que un vampiro anciano jamás podía convertir a un novicio, pues nuestros poderes aumentan con el tiempo y el poder de los viejos es demasiado potente para los jóvenes. Yo soy un ejemplo de ello, creado por el último de los hijos del Milenio, el gran y terrible Marius. Yo poseía la fuerza de un demonio en el cuerpo de un niño.
Cuatro, que ninguno de nosotros podíamos destruirá otro compañero, salvo el líder de la asamblea, que debía estar dispuesto en todo momento a destruir al desobediente del su rebaño. Que todos los vampiros vagabundos que no pertenecían a ninguna asamblea, debían ser destruidos de inmediato.
Cinco, cualquier vampiro que revelara su identidad o sus poderes mágicos a un mortal debía ser aniquilado. Ningún vampiro debía escribir jamás las palabras que revelaran esos secretos. El mundo mortal jamás debía conocer el nombre de un vampiro, y cualquier prueba de nuestra existencia que llegara a ese ámbito debía ser eliminada a toda costa, junto con quienes habían cometido esa terrible violación de la voluntad de Dios.
Había otras cosas. Había otros ritos, encantamientos, todo teñido de un cierto folclore (…)

[Está contado en primera persona porque es Armand contándoselo a David Talbot el que habla)

Comments (1)

On 30 de agosto de 2010, 9:32 , Aikoneko dijo...

Armand....*¬*

Yo soy fan de Anne Rice y de casi todas sus sagas y si, algunos de los libros son de un relleno que te mueres, o paranoias personales pasadas al papel, pero al igual que el tema de la organización que tú comentas, a mi me encantó el origen que ella le da a los vampiros, lo del tema de egipto y tal (no pongo nada más para no hacer spoilers).

Ains, Armand...(suspiro guan mor taim)

 
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