Me ha dado mucha envidia de @nololamento y su #pasioncemental y he decidido hacer una entrada hablando de mi "Operación Talamasca"
Los sufridos pajaritos que me tienen en su TL, aguantaron durante todo el finde pasado algo un tanto idiota que se llamaba “operación Talamasca”. Los pobres como estan acostumbrados a mis desvarios no preguntaron mucho, pero creo que hoy es un buen día para explicar que fue eso.
En mi casa hay una habitación un poco tonta. Tiene poco más de 4m2 y por mucho que lo intento, no tengo recuerdos de ella de cuando era pequeña (y es raro,m porque tengo recuerdos de toda la casa y está casi al lado de mi dormitorio). Cuando mi hermano entró en “edad de estudiar” la habitación de la plancha se convirtió en el cuarto de estudio. Una habitación hecha basicamente con muebles que no sabías muy bien de dónde habían salido: ¿se cambiaba el mueble de la cocina? Ese mueble era cojonudo para poner libros en el cuarto de estudio. ¿El sillón de la salita? Al cuarto de estudio...
Con el paso del tiempo, la habitación de estudio se ha conviertido en mi agujero, el lugar dónde paso más horas al día de la casa. Para alguien como yo que sólo se concentra en ciertos lugares, tener un lugar propio dónde estudiar es imprescindible.
Y este año, estudiando oposiciones, el cuarto de estudio se vio degradado a la categoría de zulo. No sólo pasaba allí muchas horas, sino que cada vez lo veía más... (en inglés diría gloomy, en español no encuentro palabra).
Así que este año, ya que teníamos que arreglar goteras, pintar y demás (aunque Lola, tengo que decir que ni mis pintores ni mi albañil ni el marmolista ni el fontanero eran guapos) ha sido el año de remodelar esta habitación.
¿Qué por qué “Operación Talamasca”? En realidad, porque soy una hortera y tengo la tonta costumbre de ponerle nombre a las cosas que utilizo mucho: mi portatil se llama Didymus, mi movil Dorian Gray... y el zulo se llama ahora Talamasca.
Talamasca es el nombre de una asociación secreta que aparece en Las crónicas vampiricas de Anne Rice (Entrevista con el vampiro) y que estudia sucesos paranormales. Y como lo que pasa por mi mente, muy normal no es... pues he decidido que mi habitación de estudio/biblioteca/despachito se llamará Talamasca.
Y creo que ya está bien de rollo, que esto en lugar de ser un post sobre decoración de una habitación parece un post del Diario de Patricia... así que vamos a lo que nos interesa... ¡¡cotillas!!
Lamentablemente (o afortunadamente) no tengo fotos de cómo era Talamasca cuando era un zulo... así que empezaremos con:
La habitación más pelada y mondada y limpia de lo que la he visto en el último año. Sin un papel fuera de sitio, sin un post-it pegado en ningún sitio. Increible vamos.
¿Y esto? Yo las llamo las estanterías (y la mesa) que murieron por tu culpa. Recuerdo que cuando fui a escogerlas me dijeron que como mucho en una semana las tendrían...¡¡Han tardado un mes!! Llegó un momento que llamaba a preguntar por ellas sólo para oir la excusa del día...
Mientras iba colocando libros, iba haciendo un inventario de lo que tenía. Así que tardé un montón. Creo que alguien me preguntó una vez cuantos libros tenía. Ahora lo puedo decir: Tengo 286 libros en propiedad. Y tengo libros de muchos tipos, desde un libro firmado por (Fr)Iker Jimenez, a la Biblia (sí, la Biblia que hay en mi casa es mía, ironías del destino), los libros de Harry Potter, mangas, novelas...
Y si las estanterías eran un caos mientras iba colocando (si os fijais hay post-its indicando que tipo de libro va en esa balda), lo que había alrededor no era menos. Tengo la manía de meter muchas cosas en los libros mientras los voy leyendo. Si alguna vez cogeis un libro mio, seguro que os encontrais billettes de autobus, post-its, notitas... Pues esa caja ha sido la receptora de muchos de esos papelitos, que ya daba un poco de vergüenza encontrar lo que encontraba en los libros (eso sí, estad tranquilos, no he tirado ni una postal, todas siguen durmiendo entre letras).
Pero tras mucho esfuerzo, hoy día 21 de agosto de 2010 puedo declarar que:
Así que os enseño como ha quedado, ¿no?
Esta es la estantería de la tecnología involucionada: CDs, DVDs, Disquettes, cámara de carrete, walkman, algunos VHS... todas esas cosas que son del pasado, cumplen su momento de gloria en esa esquina. Junto a mi pizarra, elemento imprescindible para que yo pueda organizar (o intentarlo al menos) mi mente.
La estantería, con un monton de tonterías para decorar, la cestita de los caramelos (para endulzar la visita o el estudio), las dos sillas y mi enorme mesa. Cómo me gusta tener una mesa dónde me cabe todo sin tener que hacer obras de ingeniería civil.
Sólo he colgado un poster (aún no sé si colgar un mapa de Estonia) así que esta vez lo he elegido con mucho cuidado. Esta imagen me gusta un montón, así que ahora estudiaré vigilada por estos señores.
Y algo muy tonto pero que me hace mucha ilusión... ¡¡Tengo todos mis mangas juntitos!!
Bueno, basicamente esto es todo, amigos. Creo que como entrada relajada de sábado vale, ¿no?
Los sufridos pajaritos que me tienen en su TL, aguantaron durante todo el finde pasado algo un tanto idiota que se llamaba “operación Talamasca”. Los pobres como estan acostumbrados a mis desvarios no preguntaron mucho, pero creo que hoy es un buen día para explicar que fue eso.
En mi casa hay una habitación un poco tonta. Tiene poco más de 4m2 y por mucho que lo intento, no tengo recuerdos de ella de cuando era pequeña (y es raro,m porque tengo recuerdos de toda la casa y está casi al lado de mi dormitorio). Cuando mi hermano entró en “edad de estudiar” la habitación de la plancha se convirtió en el cuarto de estudio. Una habitación hecha basicamente con muebles que no sabías muy bien de dónde habían salido: ¿se cambiaba el mueble de la cocina? Ese mueble era cojonudo para poner libros en el cuarto de estudio. ¿El sillón de la salita? Al cuarto de estudio...
Con el paso del tiempo, la habitación de estudio se ha conviertido en mi agujero, el lugar dónde paso más horas al día de la casa. Para alguien como yo que sólo se concentra en ciertos lugares, tener un lugar propio dónde estudiar es imprescindible.
Y este año, estudiando oposiciones, el cuarto de estudio se vio degradado a la categoría de zulo. No sólo pasaba allí muchas horas, sino que cada vez lo veía más... (en inglés diría gloomy, en español no encuentro palabra).
Así que este año, ya que teníamos que arreglar goteras, pintar y demás (aunque Lola, tengo que decir que ni mis pintores ni mi albañil ni el marmolista ni el fontanero eran guapos) ha sido el año de remodelar esta habitación.
¿Qué por qué “Operación Talamasca”? En realidad, porque soy una hortera y tengo la tonta costumbre de ponerle nombre a las cosas que utilizo mucho: mi portatil se llama Didymus, mi movil Dorian Gray... y el zulo se llama ahora Talamasca.
Talamasca es el nombre de una asociación secreta que aparece en Las crónicas vampiricas de Anne Rice (Entrevista con el vampiro) y que estudia sucesos paranormales. Y como lo que pasa por mi mente, muy normal no es... pues he decidido que mi habitación de estudio/biblioteca/despachito se llamará Talamasca.
Y creo que ya está bien de rollo, que esto en lugar de ser un post sobre decoración de una habitación parece un post del Diario de Patricia... así que vamos a lo que nos interesa... ¡¡cotillas!!
Lamentablemente (o afortunadamente) no tengo fotos de cómo era Talamasca cuando era un zulo... así que empezaremos con:
La habitación más pelada y mondada y limpia de lo que la he visto en el último año. Sin un papel fuera de sitio, sin un post-it pegado en ningún sitio. Increible vamos.
¿Y esto? Yo las llamo las estanterías (y la mesa) que murieron por tu culpa. Recuerdo que cuando fui a escogerlas me dijeron que como mucho en una semana las tendrían...¡¡Han tardado un mes!! Llegó un momento que llamaba a preguntar por ellas sólo para oir la excusa del día...
Mientras iba colocando libros, iba haciendo un inventario de lo que tenía. Así que tardé un montón. Creo que alguien me preguntó una vez cuantos libros tenía. Ahora lo puedo decir: Tengo 286 libros en propiedad. Y tengo libros de muchos tipos, desde un libro firmado por (Fr)Iker Jimenez, a la Biblia (sí, la Biblia que hay en mi casa es mía, ironías del destino), los libros de Harry Potter, mangas, novelas...
Y si las estanterías eran un caos mientras iba colocando (si os fijais hay post-its indicando que tipo de libro va en esa balda), lo que había alrededor no era menos. Tengo la manía de meter muchas cosas en los libros mientras los voy leyendo. Si alguna vez cogeis un libro mio, seguro que os encontrais billettes de autobus, post-its, notitas... Pues esa caja ha sido la receptora de muchos de esos papelitos, que ya daba un poco de vergüenza encontrar lo que encontraba en los libros (eso sí, estad tranquilos, no he tirado ni una postal, todas siguen durmiendo entre letras).
Pero tras mucho esfuerzo, hoy día 21 de agosto de 2010 puedo declarar que:
Así que os enseño como ha quedado, ¿no?
Esta es la estantería de la tecnología involucionada: CDs, DVDs, Disquettes, cámara de carrete, walkman, algunos VHS... todas esas cosas que son del pasado, cumplen su momento de gloria en esa esquina. Junto a mi pizarra, elemento imprescindible para que yo pueda organizar (o intentarlo al menos) mi mente.
La estantería, con un monton de tonterías para decorar, la cestita de los caramelos (para endulzar la visita o el estudio), las dos sillas y mi enorme mesa. Cómo me gusta tener una mesa dónde me cabe todo sin tener que hacer obras de ingeniería civil.
Sólo he colgado un poster (aún no sé si colgar un mapa de Estonia) así que esta vez lo he elegido con mucho cuidado. Esta imagen me gusta un montón, así que ahora estudiaré vigilada por estos señores.
Y algo muy tonto pero que me hace mucha ilusión... ¡¡Tengo todos mis mangas juntitos!!
Bueno, basicamente esto es todo, amigos. Creo que como entrada relajada de sábado vale, ¿no?
21:02:00 |
Category:
Lui al otro lado del espejo
|
1 comentarios
Comments (1)
Me encanta, te ha quedado genial :)
¡Queda inaugurado el primer despacho oficial de Lui! Te haré un amigurumi de pulpo para que lo pongas en la mesa,¡todavía se ve la madera! X_D