Hace unos días, no sé muy bien a razón de qué, hablaba en twitter y acabé enseñando fotos de cuando era más “peque” (aunque siendo realistas, yo nunca he sido pequeña, soy algo así como la profesora Trunchbull de Matilda). En algún momento, enseñé esta foto. Y a todo el mundo le encanta.
Yo no sé qué sentir hacía ella, lo cierto es que me da bastante vergüenza. La gente suele decir que transmite optimismo, yo sólo veo que transmite ingenuidad…
Yo no sé qué sentir hacía ella, lo cierto es que me da bastante vergüenza. La gente suele decir que transmite optimismo, yo sólo veo que transmite ingenuidad…
Sin embargo, llevaba dos días buscando mis narices de payaso (tengo tres). Las escondí porque ya no sé si me las volveré a poner. Y no sé por qué, me las he probado.
Alguien me dijo que una nariz de payaso es la máscara más pequeña del mundo. Y es cierto, cuando te la pones, algo cambia. Y algo dentro de mi me dice, que quizás sea hora de cambiar de máscara…
20:10:00 |
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Lui al otro lado del espejo
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1 comentarios
Comments (1)
A mi me encanta esa foto, es de esas imágenes que te contagian una sonrisa, dan felicidad.
Puedes ponerte la máscara que quieras, pero debajo siempre seguirás estano tú, que es lo que importa :)