Estás en tu camita. Fuera hace un frío del carajo (ya sabéis por dónde vuela el grajo), pero no importa, porque detrás de tus ojitos cerrados estás soñando. En este caso, estás en mitad de Los Tudor, en una conversación de lo más imposible entre Tomas Moro, Enrique VIII y yo sobre la importancia de modernizar el reino comprando ordenadores y bebiendo whisky. Sabes que es un sueño, pero ¡¡joroba!! ¿A qué persona le importa saber que sólo está soñando si tiene unos acompañantes tan guapos como los actores de Los Tudor?

Y suena el despertador y nunca he odiado tanto The world has turned and left me here de Weezer. Lo retrasas media hora y te vuelves a la cama y te vuelves a dormir. Misteriosamente, sigues soñando algo por el estilo. Y poder tomarme una Coca Cola con María Kennedy haciendo de Catalina de Aragón es un gran punto y final a mi sueño. Sí, anacrónico…¡¡pero si los guionistas también meten sus pifias!!

PD: También debería dejar de ver tres temporadas de una serie en dos noches de insomnio, eso ayudaría a no tener sueños raros raros.