Tal día como hoy, hace como cuatro años, yo estaba bastante lejos de casa. Estaba en una ciudad de Estonia llamada Tartu. Hasta que decidí irme de Eramus allí, no sabía apenas nada de ese país: La capital era Tallin, estaba junto a Letonia y Lituania y Rosa había ido a Eurovisión allí. Me imagino que a día de hoy, sabremos algo más; tienen selección de fútbol (y siempre que juegan con España les metemos una tunda a los pobrecitos) y que sufrió un ataque cibernético que tumbó todos los servidores de internet del país (yo estaba allí cuando pasó, por cierto).
Mis amigos españoles, recuerdan lo mal que lo pasé los cuatro últimos meses que estuve allí. Tuve unas compañeras de piso bastante especiales y no conseguimos llevarnos nada bien. Estuve a punto de volverme en al menos dos ocasiones (en una de ellas me puse como loca a buscar billetes de avión porque no podía más).
Sin embargo, si pienso en mi Erasmus, ya sólo puedo pensar en Doërte, Graham y Judith (también en Pierre, Karin, Kadri, Esther…). Pero los tres primeros hicieron que ir allí mereciera la pena.
Doërte era mi compañera de habitación. Es algunos años mayor que yo, médico (psiquiatra) y es una persona “kind of special” como le gustaba decir. Con ella hablaba horas y horas, y aprendí mucho.
Graham es demasiado británico para ser un ser humano. Sin embargo, tomar té y comer tostadas de queso, o zampar chocolate como maniacos, juntos era una de mis formas favoritas de pasar las tardes. Cocinaba fatal, y tenía mil alergias a la comida, pero sus abrazos hacían que cuando volvía a Raatuse (dónde vivía), me sintiera en casa entre aquellas paredes grises.
Judith será una grandísima abogada cuando consiga terminar todos los trámites que los alemanes tienen (que son muy complicados, que le vamos a hacer). Con ella era genial hablar de libros y cambiar recetas de galletas que jamás haré (entre otras cosas porque las perdí).
Han pasado cuatro años, y no nos hemos vuelto a ver. Seguimos en contacto por facebook, correo y skype. Ayer me pasé una hora hablando con Graham por Skype (un gran regalo, por muchas razones) y me acabó doliendo la cara de tanto reirme mientras hablaba con él.
¿Y por qué escribo esto?
Básicamente porque todos tenemos un propósito de año nuevo que pensamos cumplir: el 2011 no acabará sin que acabemos tomando café, hablando de Harry Potter, haciendo punto y discutiendo sobre fútbol juntos.

Comments (0)

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...